Preludios de J.S.Bach...

YUE:

Llegó a la Sala Social y abrió la puerta. En aquel momento no había nadie, y la luz estaba apagada... pese a ello una ténue luz entraba por las ventana. Era de noche, pero la luna iluminaba la sala, así que no encendió la luz
Entornó la puerta tras de sí y observó los instrumentos que descansaban apoyados en la pared.
Sin pensarlo dos veces cogió una silla y la acercó a la ventana para poder ver mejor.
Junto a la ventana había un violoncello. Lo cogió, junto con el arco y se sentó en la silla cerrando los ojos.
Empezó a tocar con calma una de las únicas piezas que se sabía de memoria... un movimiento de Bach que siempre le había gustado.

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[Por si alguien no conoce la canción en cuestión... aquí la dejo :3
http://www.goear.com/listen.php?v=67a7933 ]

Seguía con los ojos cerrados y no pudo advertir como Iruka había entrado.
Acabó con aquella pieza, y se puso a tocar otra... sin abrir los ojos, casi sin respirar... sentado junto a la ventana e iluminado por la luz de la luna.
Su cabello resplandecía de un modo casi mágico...

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(( Canción de esta vez: -Courante, de Bach-
http://www.goear.com/listen.php?v=63a2d10 ))

Iruka escuchó a Yue hasta que acabó dejandose llevar por la música, en cuanto acabó se acercó al piano.
-Yo también se tocar-dijo cerrando los ojos en una sonrisa.

Puso las manos sobre el teclado y tocó una tecla como probando el piano. Sonrió de nuevo y tocó "The tempest" de Beethoven. Sentía cada nota en su alma y sonrió por cada movimiento alegre y se puso serio por cada melancolico.

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http://www.goear.com/listen.php?v=663f4f1
:3 es mi favorita despues de Claro de Luna xD

Abrió los ojos al acabar de tocar aquella pieza y vio como Iruka se sentaba al piano asegurando que lo sabía tocar.
Estuvo mirándolo hasta que acabó de hacerlo y finalmente aplaudió de forma lenta... cada palmada resonó en aquella sala casi con eco.
-¿Por qué has venido al final?- acabó susurrando serio, mirándole fijamente y sin soltar el cello.

Iruka parpadeó confuso y posó los dedos en las teclas, acariciandolas mientras clavaba la vista en ellas con expresión seria.
-No lo sé...Yo te...-se sonrojó y cerró los ojos.

Suspiró sin apartar la mirada de Iruka.
-¿Tú me...?- dijo de forma cortante, pero aún en un susurro.
Tocó una nota con el arco, una nota grave que vibró en toda la sala de una forma casi melancólica. Yue desvió la mirada al cello y volvió a cerrar los ojos.
-Cuando abrazo el cello...- susurró entonces- ... y acaricio sus cuerdas... espero a cambio bellas melodías. Si lo abrazase y acariciase y él no me respondiera... me vería obligado a dejar de tocarlo. ¿Lo entiendes, verdad?

Iruka abrio los ojos y mantuvo la vista clavada en sus manos.
-Lo siento-murmuró. Las palabras resonaron en la habitación con eco e Iruka bajó más la cabeza hasta que el pelo le tapó cualquier visión de su cara.

-Lo siento... lo siento... -suspiró profundamente.- Todos lo sienten...-susurró casi para sí, pero como la sala estaba casi vacía sus palabras resonaron más de lo que él quería.
Dejó suavemente el arco del cello en el suelo y acarició las cuerdas con la yema de sus dedos.
-Acabaré por no querer tocar más el cello... sólo hace que cortarme los dedos con las cuerdas...-volvió a susurrar.

-Qué quieres decir con eso..?-levantó la cabeza con ingenuidad mientras se aguantaba las ganas de ponerle un puchero.
Sentía un repelus en la espalda, tenía una mala impresión.
-Y-yo...-se le empañaron los ojos en lágrimas-No dejes de tocarlo...el chelo no querría sentirse solo...
Se llevó una mano a los ojos frotandoselos.
-Yueee...

Suspiró profundamente bajando la mirada y acto seguido empezó a negar con la cabeza, de forma lenta y rítmica.
- Iruka... Iruka... Iruka... - Chasqueó la lengua repetidas veces y suspiró de nuevo.
Se levantó aún sin soltar el cello, abrazando el mástil y pasando la yema de sus dedos de nuevo por las cuerdas. Dejó suavemente el instrumento apoyado sobre la silla con cuidado de que no resbalara y se llevó las manos a la nuca entrelazando los dedos tras ella.
Le miró con la cabeza alzada y con rostro inexpresivo.
- ¿Qué es lo que deseas?... ¿Por qué no buscas lo que los demás buscan de mi?... Me confundes...
Suspiró profundamente de nuevo, bajó las manos llevándolas a sus sienes y cerrando los ojos con fuerza.
- ¡NO LO ENTIENDO! ¡IRUKA, NO TE ENTIENDO! ¿QUE DIABLOS ES LO QUE QUIERES?
Abrió los ojos mirándole severamente, su repiración empecó a agitarse.

Parpadeó ante el arrebato de ira de Yue.
-Como que...que es lo que busco? Yo...te quiero a tí, no? Vivir contigo hasta que seamos viejecitos, cogernos de la mano y pasear por el parque y todas esas cosas...no?-lo dijo en un murmullo mientras las mejillas se le tenían de un color rojo intenso. Sonaba estupido e infantil lo que estaba diciendo-No entiendo porque dices que no busco lo que los demás buscan...Yo no quiero que nuestra relación solo se base en el sexo, quiero estar contigo, darte abrazos y mimos y tú también me los des a mí. Pasar el tiempo juntos divirtiendonos y hacerte feliz... No se que es lo que los "otros" buscan, pero yo busco eso...-tragó saliva-Te parece estúpido e infantil? Te dije que eras mío porque...porque yo quiero ser el único que quiere amarte...
No dejaba de mirarse las manos aturdido y atento a otro arrebato de Yue.
-Si quieres pegarme...avisame para estar preparado...-susurró con ingenuidad.

Yue se deshinchó como un globo al oir aquellas palabras. Su rostro reflejó una expresión casi de cansancio y bajó los brazos dejándolos a peso a los lados. Suspiró y sus hombros bajaron y arqueó la espada hacia alante acompañando la cabeza para acabar mirando al suelo.
Volvió a negar con la cabeza, sin alzarla, sin mirarle.
-No... no te entiendo, Iruka...-susurró- ...no... no entiendo nada...te he ofrecido gratuitamente todo lo que los otros quisieron casi a la fuerza... me ofrezco a ti por entero y me rechazas... dices querer estar sólo conmigo... dices que tan solo necesitas tenerme a tu lado y eso... eso no lo entiendo, Iruka. ¿Por qué no pides nada más? ¿Por qué sólo te conformas con eso?
Le miró y sus ojos le miraban de forma triste, casi melancólica... pero a la vez fría y distante.

Iruka se levantó de dónde estaba.
-Porque simplemente no me gusta ser egoista ni hacerte daño... Yo quiero "tomarte" como bien dices, pero no así, Yue. No soy como tus "otros" No estoy seguro de si hacerte daño o no, jamas he hecho eso, no soy seguro de mi mismo, vale? Y no me hables de esa forma que parece que me odies...y si es así lo mejor es que me vaya.
Apretó los puños y levantó la vista hacia Yue, desafiante.
-Yo te quiero, sabes? Y siempre intento no molestarte, pero parece que haciendo una cosa u otra siempre me equivoco, te enfadas conmigo o te molestas... Y sinceramente, Yue, yo ya no estoy seguro de nada...

-Haz lo que quieras... -susurró con la voz quebrada.
Se volvió a sentar en la silla donde estaba apoyado el cello y lo volvió a abrazar.
Cogió el arco que estaba en el suelo y cerró los ojos.
Empezó a tocar con mucha fuerza, embistiendo las cuerdas con el arco y frunciendo el ceño.

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// Canción de esta vez:
http://www.goear.com/listen.php?v=26d6529 //

Se quedó como un estupido allí parado hasta que acabó la canción.
-Yo ni siquiera te importo lo más mínimo-dijo saliendo por la puerta.

Dejó de tocar y vio como Iruka salió por la puerta.
-(Ya te lo he dicho... haz lo que quieras...)- pensó enfadándose más por momentos.
Justo en el momento que cerró la puerta dejó el cello apoyado contra la silla y se levantó de golpe dándole una fuerte patada a la pared.
-(Maldita sea...¡Maldita sea!)- volvió a darle otra patada a la pared.
Fue hacia la puerta con la intención de salir a comer algo... Giró el pomo bruscamente y a abrió de golpe.