El nuevo médico

YUE:

Se abre la puerta de la enfermería de golpe, como si alguien tuviese prisa por entrar. Sin embargo la persona que sostiene el pomo es un joven esvelto y fuerte, de cabellos y ojos plateados que pone cara de insatisfacción.

Suspira entrando, sin mirar dentro y sin saludar. Lleva un maletín que deja encima de la mesa y se sienta en la primera silla que encuentra murmurando con disgusto.

Se peina un instante con los dedos y finalmente mira el interior de la enfermería.

-¿Hay alguien...?

Yue alzó las cejas al verle.

-¿Estás enfermo... o eres mi ayudante? Aunque bueno, eso de meterte en una de las camas con las cortinas cerradas... ¿Te encuentras bien?

Yue se acercó con sus habituales zancadas, se agachó frente a él hasta quedar cara con cara y le miró con gesto serio.

-No tienes cara de enfermo, sí de fatigado... ¿debo hacer algo por ti...?

Sin cambiar el rostro analítico alzó una de sus manos a la altura de su cara y posó el índice sobre el ceño fruncido de Ichigo.

-¿siempre estás así?

Yue suspira y se separa de él.

-Sí, soy el nuevo doctor. Y me alivia saber que no tengo que hacer nada por ti... - "sería demasiado molesto tener que hacer algo nada más llegar"- supongo que deberías presentarte. ¿cómo te llamas y a qué curso vas?

Yue se sentó en la camilla con suavidad, casi parecía que no pesara pues ésta no se movió apenas.

-Entonces...¿Vas a quedarte un rato más o prefieres irte ya?

-Un... placer...- susurró Yue- Es curioso que quieras quedarte si dices no encontrarte mal. ¿Hay algo más que deba saber?

Yue se levantó de la camilla y caminó con calma hacia la puerta con uno de sus brazos tras la espalda, con la otra mano acarició la mesa al pasar por su lado.
Al llegar a la puerta, cogió el pomo y la cerró con suavidad. Se dio media vuelta y volvió a mirarle ésta vez sonriendo levemente.

-Ponte cómodo

Yue rió de forma cálida.

-Yue, llámame Yue. Ya me he dado cuenta de lo peculiar que es este lugar, creeme.- Se peinó la melena plateada con ambas manos y suspiró- ...y eso que apenas llevo unas pocas horas en este instituto.

Se recostó hacia atrás en la camilla, apoyándose con ambas manos en la camilla y mirando al techo.

-¿Huyes de la realidad, pequeño? Porque este lugar puede parecer apropiado para huir de ella, pero no estoy seguro de que lo sea.- Le miró un instante con el rostro serio.- Ichigo me dijiste, ¿verdad?

Yue le sonrie.

-Creo que te entiendo cuando dices que puedes llegar a odiar y amar a la par este lugar. A mi me pasa algo parecido.

Vuelve a sentarse de forma normal y le pone una mano en la rodilla.

-Pero no estoy conforme con lo segundo... aquí entra gente cuando menos te lo esperas... de todos modos si quieres estar tranquilo, mientras esté yo aquí no debes preocuparte por aquellos que entren repentinamente. Puedes quedarte a descansar y yo puedo atender a quien quiera molestarte... nadie tiene porque saber que estás aquí, ¿no es así? No seré yo el que rebele tu escondite.

Le mira y le sonrie

Sonrió para sí al ver la reacción del joven. "Otro que rehuye de mi..."

- ¿Contra tu voluntad, dices? Acaso no quieres estudiar aquí?

Sorprendido por las palabras del chico cruzó las piernas y apoyó uno de sus codos sobre su rodilla y la cabeza sobre la mano.

-¿Cómo es eso? ¿Quién te obliga a estar aquí?

-Deberías estar agradecido.-susurra mirando al suelo- es una suerte que puedas hacer algo con tu vida.

Alza la mirada un instante y le mira serio.

-De todas maneras no viene mal un descanso de vez en cuando, ¿no crees?-se levanta y se dirige a un armario pequeño cerrado con llave. Lo abre y mira dentro.

-Aquí hay algo de te, ¿Quieres que prepare un poco? Me dijo el director que había un termo con agua caliente por...-se agacha a buscar en otros armarios- ¡Aquí!

Coge las cosas necesarias para el te y le sonrie.

-Ahora suena mucho mejor que antes, la verdad- le sonrie de forma cálida- y dime, pequeño... ¿Te busca alguien o te persigue alguien? Esconderte en la enfermería no es muy normal... ¿no te habrás metido en ningún lio, verdad?

Yue se levantó peinándose con ambas manos y dio unos pasos hasta quedar frente a él. Tomó su barbilla con una mano y alzó su rostro para poder mirarle a la cara. Su rostro ahora estaba serio y la mirada estaba fija en sus ojos.

-Si te persigue alguien... debe de ser por algo, ¿No, pequeño?- Susurró serio.- Pero vamos, no debería ser asunto mio lo que le suceda a los alumnos... y creo que ya eres mayorcito para cuidarte solo.

Yue se separó un poco y le posó la mano sobre la cabeza con delicadeza. Esperó a que le mirase y sonrió de nuevo.

-Entonces... voy a preparar te y te relajas un poco.- Se giró hacia la mesa y sirvió dos tazas de te con el agua del termo.
Le puso la taza entre las manos y cogió la suya.

-Cuidado... está caliente- susurró soplando el te.

-No es que no me guste... pero digamos que mis espectativas profesionales no incluían un instituto.

Yue le dio un sorbo al te. Quemaba, pero para él ya estaba bien así.
Se apoyó en la camilla de enfrente de Ichigo, con la taza en los labios y mirándole seriamente.
Sopló de nuevo el te... no con intención de enfriarlo, si no por pura costumbre. Y finalmente suspiró.

-Pero así es la vida, pequeño... hay veces que tienes que aceptar lo que te viene sin quejas. Mejor estar aquí que en una guardería trabajando... si lo ves de éste modo... La cosa es ver algo bueno en todo lo que te suceda.

Sonrió de nuevo sin apartar la taza frente a su rostro.

Yue apartó lentamente la taza de sus labios y le miró un instante. Acto seguido se echó a reir. Su risa era pura y clara, como si rebosase sinceridad. A decir verdad la voz de Yue era masculina pero dulce, grave pero aterciopelada y su risa no iba a ser menos.
Suspiró cuando pudo dejar de reir.

-No, pequeño... no iba a decirte que te falta camino por andar y que lo entenderás más adelante... básicamente porque yo aún no he logrado entender nada. Sólo te he dado los consejos que a mi me sirvieron, que hagas uso de ellos o no ya depende de ti. No me veas como a un profesor que alecciona a sus alumnos, si no más bien como un compañero que pretende que su amigo no tome el mal camino.
Cambia tu vida si deseas cambiarla o déjala como está si no quieres arriesgar... pero hazlo por ti mismo.

Sonrió a Ichigo y volvió a dar un sorbo [ésta vez largo] de te. Tras ésto cerró los ojos y negó con la cabeza suspirando.

-Bueno, hay muchas personas que no han nacido para ser profesionales. Y ahora dime... ¿Por qué te persiguen?

Tomó la taza con ambas manos y sopló de nuevo mirando al te.
Pestañeó un instante y cuando volvió a abrir los ojos, éstos estaban dirigidos hacia Ichigo, que estaba frente a él.
Sin apartar la mirada dio un sorbo de te.

-Vamos... si crees que puedes contármelo...